Durante el transcurso del año las estaciones nos van mostrando las transformaciones propias de la naturaleza, entrelazándose oscilaciones de temperatura y de luz, somos testigos de cambios en la vegetación y en todo lo que nos rodea. Del mismo modo, ocurren cambios -a veces imperceptibles- en nosotros mismos, ¡y cómo no! si somos parte de la naturaleza. Así también, las festividades propias de cada estación nos anuncian un período del que vamos siendo parte, invitándonos a celebrar con fiestas y rituales que van dando un significado especial a cada época.
Observar y descubrir procesos es esencial para el desarrollo del ser humano, nos permite conectar con nuestro origen y con la naturaleza que somos, que nos rodea y nos envuelve. Preparar las celebraciones con tiempo, participar de rituales sencillos y significativos con quienes más queremos, es también una invitación a llevar una vida más tranquila y pausada, y a valorar el verdadero tesoro que tenemos a nuestro alrededor y en nuestro interior.
Por eso, es tan importante que desde los primeros años niños y niñas puedan ir observando, explorando, vivenciando y descubriendo todo lo que la naturaleza y sus estaciones les regala. Desde la Pedagogía Waldorf los ritmos -del día, de la semana, del mes y del año- son parte fundamental para el desarrollo y qué mejor forma para los niños y niñas de vivenciarlos a través de las estaciones y sus festividades.
Cuatro domingos antes de Navidad comienza la época de adviento que significa ad- venir, es decir, prepararse para la llegada de algo único y trascendente. Son días donde se respira un aire distinto, donde hay algo especial que envuelve el ambiente y, si aprovechamos la oportunidad para salir de lo vertiginoso del fin de año, podemos comenzar un tiempo de calmar el corazón.
¡Preparemos un lugar para compartir y celebrar!
La Navidad tiene un sentido diferente para cada persona, para muchas familias tiene una connotación religiosa y para otras quizá no. Sin embargo, más allá de eso, hay una espiritualidad propia en el ser humano que nos lleva a celebrar esta fiesta y a reunirnos en familia.
Una bonita manera de preparar esta celebración es destinar un lugar especial dentro de tu casa y poner lo que a cada cual le haga sentido para celebrar esta fiesta: un arbolito, unas velas, alguna decoración o quizá un pequeño nacimiento. Ese espacio puede ser ideal para leer un cuento con una vela encendida al final del día, o dar gracias por algo en familia o simplemente ir dejando algún gesto que quieran entregar el día de la celebración. Podemos también hacer una corona de adviento con ramitas de algún pino o árbol y cuatro velitas, una por cada domingo de adviento. Y tal vez preguntarse: ¿qué es para ti la Navidad?, ¿qué celebras?, ¿qué te gustaría festejar o agradecer en estos días?
¡Cocinemos juntos!
Cocinar en familia galletas de jengibre (o las que quieras) para regalar es una preciosa manera de ir preparando el camino estos días. Lo que preparemos puede ser un bonito regalo para entregar el día de Navidad.
¡Envolver regalos!
Hacer regalos a los que más queremos es una manera de celebrar esta fiesta y una linda costumbre para demostrarles a las personas cuánto las queremos. Busquemos una manera de envolver los regalos; en papeles de revista o diario, con rodajitas de naranja (que puedes secar al sol durante una semana o en el horno) o con alguna ramita de pino, otra idea es pintar los envoltorios.
Así optamos por opciones amigables con el medio ambiente y de paso, realizamos manualidades entretenidas con nuestros niños. Es importante también, aprender a valorar lo hecho a mano y el tiempo dedicado para ello, con ello, volvemos a lo esencial de la celebración, a la sencillez y simpleza de su origen, y permitirnos un nuevo nacimiento ¡ese en el que cada uno es libre de creer!
¡Salgamos a jugar!
Caminar observando la naturaleza, salir sin zapatos y respirar nos da paz y nos reconecta con nuestra esencia. Salir a jugar afuera, o a buscar los tesoros que nos trae el verano que puedan ser bonitos para nuestro rincón de Navidad o para decorar nuestros regalos.
¡Celebremos la Navidad!
Que éste sea un tiempo de celebración y alegría, que junto a la llegada del verano nos permita un nuevo despertar de nuestros sentidos para dar gracias por el año vivido y percibir todos los preciosos colores que nos trae consigo la nueva estación. ¡Que tengan una muy Feliz Navidad!
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