“Nuestras vidas están llenas de distracciones y estímulos. Imagina que hubiera una forma de bajar el ritmo”, así empieza Guía Headspace para la meditación, esta nueva miniserie de Netflix. “¿Cuándo fue la última vez que frenaste, que te detuviste?”, pregunta luego la voz que narra. “¿Cuándo fue la última vez que no hiciste nada?”.
Para quienes no la conocen, Headspace es una app de meditación con 70 millones de descargas internacionales, que ofrece meditaciones para distintos propósitos, personas o actividades: para el trabajo, para niños, para dormir, concentrarse, para aliviar el estrés o la ansiedad. La app cita 25 estudios científicos que presuntamente respaldan, por ejemplo, que “usar Headspace durante solo 10 días puede aumentar la felicidad en un 16%”.
Esta nueva serie, estrenada estratégicamente el 1 de enero de este año –cuando muchos están estableciendo sus propósitos e intenciones para el nuevo año–, consiste de ocho capítulos de entre 18 y 25 minutos en su primera temporada. Cada uno se enfoca en una temática distinta, relacionada a las razones por las que muchas personas buscan empezar a meditar: cómo empezar; asumir el control; enamorarse de la vida; manejar el estrés; ser amable; gestionar el dolor; gestionar la rabia; dejar fluir tu potencial.
Durante los capítulos, aprendemos que el narrador (en inglés) es Andy, es decir, Andy Puddicombe, autor, profesor de meditación, exmonje budista y cofundador de Headspace, quien en la primera parte de cada capítulo va contando su historia personal y cómo se acercó al mundo de la meditación. La segunda mitad está destinada a una meditación guiada, que se enfoca en aplicar las bases de la técnica de meditación explicada en cada episodio. En español, la voz del narrador se parece a las típicas narraciones de televisión doblada apta para todas las edades, es decir, es un poco dramatizada pero lo suficientemente neutra para que no se vuelva el foco de atención.
En equipo Franca no somos ajenas a la meditación: yo misma me he embarcado en retos como meditar a diario durante un mes, o meditar por 21 días de abundancia. Sin embargo, recomiendo esta serie porque la considero una buena introducción a la meditación. Es ideal para quienes quieren tantear terreno con esta práctica y entender de qué va antes de comprometerse. También funciona muy bien para meditar en pareja o en grupo. La historia de Andy es bastante interesante y resulta fácil enganchar desde un principio, mientras que las meditaciones (de 10 minutos aproximadamente) son sencillas y abordables. Se presentan en ellas distintas técnicas practicadas la misma app, como la visualización, la meditación reflexiva, noting o advertir, entre otras.
Además, es una forma muy amigable de familiarizarse con la ciencia que respalda la meditación, ya que en las introducciones se mencionan los estudios científicos más notables y sus resultados. Pero no aburren para nada, ya que el hilo conductor siguen siendo las anécdotas de Andy en su formación como monje, como profesor de mindfulness y otras de sus vivencias personales. Tampoco está demás decir que el estilo de las animaciones de cada capítulo es muy lindo y coherente con cada temática, y ayuda a que resulte atractiva hasta para niños y niñas.
Yo ahora voy por la mitad de la serie, porque la verdad me he estado guardando los últimos capítulos, como hacemos con esos libros que nos gustan demasiado y no queremos que se acaben.