Sobre la comodidad en el acto de vestir

por | Sep 6, 2022

El gran talón de Aquiles de la moda sostenible sigue siendo el tema tallas.

He pensado mucho en la niña que era a los catorce años. Cuando no me cuestionaba el hablar cariñosamente  con mi cuerpo y los que me rodeaban. El tema tiene muchas aristas, y de hecho este artículo iba a tratar sobre el círculo de la ropa sostenible en las llamadas “tallas grandes”. Pero al parecer, esto aún no es posible. No al menos en Chile.

Vestir mi cuerpo jamás ha sido fácil, ni de manera física ni emocional. Me he preguntado por años, desde una mirada personal y desde una perspectiva talla grande, ¿cómo podemos lograr sentirnos más cómodas y cómodos con la ropa que ya tenemos y que vestimos a diario? 

Partamos por definir, ¿qué es la comodidad a la hora de vestir?

Para mí, sentirse cómoda es simplemente no sentir estrés al momento de ir y comprar una prenda —sea ésta nueva o usada,  adquirida vía internet o de manera física— ya que este acto exterioriza “nuestra relación con nosotros mismos, nuestras comunidades y nuestras instituciones” como puntualiza Ana Martínez-Barreiro.

Muchas veces nos olvidamos que el acto de vestir es expresión, es comunicación, es dialogar con la sociedad que nos rodea y por ende tener que elegir solo lo que “nos queda” es doloroso, es cancelar el derecho al vestir que todas y todos tenemos. La baja oferta de tallas no tan solo es un problema, es sino ir directamente contra los derechos que todos los cuerpos tenemos.

De hecho el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) recibió más de dos mil reclamos asociados a cambios de vestuario en el 2021, y al menos 200 de ellos se referían directamente a problemas con las tallas. Sumado a esto, la encuesta “mujer y consumo” desarrollada por el mismo organismo, arrojó como uno de los principales problemas del mercado chileno la diferencia de estándares entre las tallas, lo que genera una insatisfacción y discriminación por parte de los consumidores.

Descripción: La comodidad de vestir una prenda debe ser observada desde una perspectiva integral. Créditos: Charis Gegelman.

Entender la comodidad desde una perspectiva más allá de lo corporal hoy en día es primordial, sobre todo si entendemos cómo funciona la industria de la moda y sus cadenas de suministro. Vestir con comodidad desde una perspectiva integral es ver desde la talla, diseño, color, textura hasta los procesos de producción y ciclos de vida de una prenda. Optar por prendas que “durante el desarrollo y uso (… ) no hizo daño a las personas (…), y que incluso puedan mejorar el bienestar de las gentes que interactúan con ellas” es efectivamente algo que, al menos para mi, sí importa y sí considero necesario. Pero, ¿qué sucede cuándo no encuentro prendas hechas con trazabilidad, bajo condiciones laborales dignas, con materialidades más sustentables, etc, que respondan al tipo de talla que se está buscando?

Juzgar a alguien que compra prendas en las marcas del ultra fast fashion suele ser muy fácil, en particular cuando no se tiene el problema, invisibilizado nuevamente la real problemática: la poca disponibilidad de tallas grandes en el mercado en general, y en particular en la moda sostenible.

Tal como se profundizó en el Conversatorio Franca. “Estandarización de tallas en el vestuario femenino”, realizado junto a la plataforma de estudios de moda chilena Fashionerd,  una propuesta de ley de estandarización de tallas ya ha sido sugerida en Chile. Basándose en la experiencia de otros países latinoamericanos como Argentina, cuyo principal artículo habla de “un reglamento conjunto, contendrá los números de tallas de la indumentaria con las medidas exactas para la población diferenciada para hombres y mujeres”.

Dependiendo del lente desde el cual se mire, la declaración anterior podría parecer innecesaria. Pero si consideramos que aún así, hoy existe un “uso del espacio público que es limitado” debido a la falta de “condiciones materiales que permiten salir al espacio”, la clave de la comodidad puede y debe ser entendida desde otras maneras. Reitero: la comodidad de vestir una prenda debe ser observada desde una perspectiva integral. 

Así es como imagino un armario: una playlist favorita donde puedes elegir la canción eterna, la comodidad como el género principal y las tiendas, como plataformas actualizadas. Pero los cuerpos no son un algoritmo que se pueda leer con datos exactos, como lo dejan ver las tallas grandes, y aquella moda con base ética y sustentable no tiene razón para desconocer una gran parte de la dignidad humana de una población que aporta desde una vereda invisibilizada.

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Caótica. Nacida en Montevideo, capital uruguaya; suele costarle hablar de ella. Trabajadora Social de profesión, le encantan las historias que emocionan, dentro y fuera de una oficina. Me encuentras en @pafpino

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